En diciembre de 1860 Abraham Lincoln es elegido Presidente de los Estados Unidos. Sus tesis, claramente antiesclavistas, provocan el rechazo de los Estados del Sur, eminentemente agrícolas, que utilizaban esclavos como mano de obra. El 20 de diciembre el estado de Carolina del Sur promulga un Decreto de Secesión, mediante el cual rompe sus vínculos con el resto de Estados de la Unión. Poco después siguen su ejemplo Georgia, Alabama, Florida, Mississippi, Tejas y Luisiana, constituyéndose el ocho de febrero de 1861 en los "Estados Confederados de América".

  Estos hechos produjeron el inicio de la Guerra Civil entre los Estados del Norte, desarrollados e industrializados, y los secesionistas del Sur, más atrasados económicamente. El 12 de abril de 1861 se inicia el bombardeo de Fort Sumter, cuya guarnición era fiel a la Unión. A ello sigue el asalto de otros fuertes unionistas en territorio del Sur, con lo que la guerra se inicia.

  Fue notable y de gran importancia para el desenlace final de la guerra el dominio naval de los nordistas, que les permitió hacer incursiones en las costas sudistas e incluso campañas de gran importancia como la de Grant en el Mississippi. Muy importante también fueron los enlaces y transportes por línea férrea, convirtiéndose en algunos momentos en una guerra por la posesión de los principales nudos ferroviarios, así se hizo famosa la llamada "corbata de Sherman", que consistía en la destrucción de los raíles, calentados al fuego y luego doblándolos contra los árboles.

  Así, al comienzo de la guerra la iniciativa y primeras victorias fueron para los hombres del Sur, también llamados sudistas o confederados, imponiéndose más tarde la industrialización de los hombres del Norte, también llamados nordistas y hombres de la Unión.